Babadook: explicación psicológica

Es la segunda vez que veo esta película del género de terror. La primera vez que la vi no eché mucha cuenta, simplemente la vi como otra película más de terror, sin esperar mucho, que vista superficialmente, salvo la fenomenal interpretación de sus protagonistas, es una película sin mucha novedad e incluso da menos sustos que cualquier otra. Lo extraño es que después de verla me dejó una sensación horrible y tuve una mala noche. Cosa esta que no me ha pasado con otras películas a priori más buenas. Al verla la segunda vez, mirándola con otros ojos, con ojos interrogativos, me percaté del motivo de hacerme pasar tan mala noche y de porqué no es una película buena, sino brillante.

Antes de proseguir veamos el trailer, para refrescar la memoria de quien no se acuerde de ella:

Aquí el resumen sacado de Wikipedia:

«Desde que su esposo Oskar falleció mientras la llevaba al hospital a dar a luz, Amelia ha criado a su hijo Samuel sola. A Samuel le interesan los trucos de magia, los cuentos y está obsesionado por fabricar armas caseras para combatir a su monstruo imaginario.

Amelia se ve obligada a retirar a su hijo de la escuela debido a sus constantes problemas de conducta. La actitud de Samuel también complica el incipiente romance que Amelia tiene con Robbie, uno de sus colegas en el asilo donde trabaja. Samuel le pide a su madre que le lea un misterioso libro de cuentos que encontró en su estante, titulado Mister Babadook, el libro cuenta la historia de un monstruo sobrenatural del que nadie puede deshacerse una vez que descubre su existencia. Después de oír el relato, Sam se convence de que Babadook es el monstruo que lo acecha, a él y a su madre.

Amelia atribuye los extraños acontecimientos que ocurren en la casa a la imaginación de su hijo, aunque Sam insiste en que Babadook es real. Alterada por el cuento, Amelia despedaza el libro y lo lanza a la basura fuera de la casa. Durante la fiesta de cumpleaños de su prima Ruby, Sam empuja a Ruby fuera de la casa del árbol y accidentalmente le rompe su nariz, luego de que ella se burlara de él por no tener un padre y por negarse a creer en Babadook. Mientras tanto, la hermana de Amelia, Claire, admite que no soporta estar cerca de Samuel y sospecha que Amelia siente lo mismo. Sam experimenta una crisis epiléptica después de ver al monstruo. Amelia convence a un médico de suministrarle sedantes para que Sam y ella puedan dormir y descansar. Amelia oye que tocan a la puerta y al abrirla encuentra el libro de Babadook completamente reparado a sus pies. Ella lee un pasaje sobre cómo el monstruo se vuelve más fuerte cada vez que alguien niega su existencia y ve ilustraciones de ella estrangulando a Sam. Después de eso, Amelia quema el libro en la parrilla de su patio.

Luego de una extraña llamada telefónica, Amelia acude a la policía para denunciar a un acosador, pero se da cuenta de que lo que habla parecen delirios, pues justo en el momento en que se le pregunta por el libro como evidencia, Amelia se da cuenta de que los agentes pueden ver tiza en sus manos, indicando que ella misma lo reconstruyó. Prue y Warren, del departamento de Servicios Comunitarios, van a la casa de Amelia a inspeccionar la vida hogareña de Sam. Amelia cree ver a Babadook acosando a su vecina, la anciana Sra. Roach. Mientras más eventos y visiones inexplicables ocurren, Amelia gradualmente cree que Babadook está acechándola a ella y a su hijo y que poco a poco la está poseyendo.

Una noche, Amelia tiene una visión con su marido ya muerto, quien le promete volver con ella sólo si le lleva al niño. Después, el Babadook se revela ante ella y la posee. Con su mente inestable, Amelia muestra señales de querer dañar a Samuel. Después de asesinar al perro, persigue a su hijo; Sam la apuñala en la pierna y la lleva al sótano, donde la sujeta con unas cuerdas entre todas las pertenencias de Oskar. Amelia tose y vomita una sustancia negra y luego escapa. Una fuerza invisible empuja a Samuel a través del dormitorio de Amelia. Babadook aparece fundido en las sombras de la habitación y Amelia lo amenaza para que no le haga daño a su hijo, ante ello el monstruo colapsa y su espíritu se retira hacia el sótano.

Poco tiempo después, Amelia y Sam recolectan gusanos en el patio trasero. Amelia desbloquea la puerta del sótano e ingresa con un recipiente con gusanos para que Babadook se alimente. Después de la experiencia, Amelia acepta y comprende mejor las actitudes de su hijo, quien finalmente es muy parecido a su fallecido padre. La película termina cuando Amelia organiza la primera fiesta de cumpleaños de Sam».

https://es.wikipedia.org/wiki/The_Babadook

La película se centra en dos personajes principales presentes, la madre y el hijo, y uno ausente, el padre; la figura del marido y padre, sobre todo en el papel de marido, pues de padre jamás pudo ejercer, ya que falleció el mismo día que nació el niño.

La madre vive deprimida desde aquel momento, una mezcla de depresión postparto y de duelo. Que el marido muriera a causa de tener que ir a parir, en el accidente, hace que se culpe a sí misma y sobretodo culpe a su hijo. La relación idílica que ella tenía con su marido se ve destruida en segundos, y guarda toda esa tristeza y todo ese rencor dentro de sí. El odio inconsciente que tiene hacia su hijo hace que tenga más culpa, pues reconoce en sí que una madre no debe despreciar a su hijo, así que acumula a su depresión, a su duelo, un sentimiento reiterativo de remordimientos. El niño, la víctima principal, es maltratado por su madre, pero no de una manera clásica, sino psicológicamente, hasta tal punto que se vuelve retraído, hiperactivo, agresivo… El niño no solamente vivencia el odio de su madre, sino que además se entiende que intente llamar desesperadamente la atención de su progenitora, como si fuera un grito de ayuda y de amor.

El niño se convierte en un estorbo para la madre, no puede rehacer su vida, simbolizado cuando la madre intenta tener un rato a solas consigo misma y es interrumpida por el niño. El mensaje interior de la mujer es: «no tengo a mi marido, al que literalmente adoraba, y tengo que cargar con un niño que solo tendría sentido estando con él». Otro mensaje interior podría ser: «si por lo menos no tuviera a este niño, podría estar con otro hombre, pues la presencia de mi hijo me recordaría siempre que he perdido al amor de mi vida».

Babadook, como monstruo no es real, no es un fantasma, ni un vampiro, ni otro ser de ultratumba. Babadook es, y aquí viene lo importante, la Sombra de Amelia. La Sombra es un arquetipo, que viene a decir que:

«La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables».

C. G. Jung, Bewusstsein, Unbewusstes und Individuation, Zentralblatt für Psychotherapie, 1939, pág. 265 y s.

 

«La sombra es…aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconsciente…Si hasta el presente se era de la opinión de que la sombra humana es la fuente de todo mal, ahora se puede descubrir en una investigación más precisa que en el hombre inconsciente justamente la sombra no sólo consiste en tendencias moralmente desechables, sino que muestra también una serie de cualidades buenas, a saber, instintos normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a la realidad, impulsos creadores, etc.».

C. G. Jung, Aion, 1951, pág. 379 y s.

https://es.wikipedia.org/wiki/Sombra_(arquetipo)

En la parte final la protagonista se enfrenta abiertamente al monstruo, a su Sombra, y le ordena como una madre a su hijo. Babadook se achanta y eso que había llegado a su tamaño más grande. El mensaje interior de Amelia es: «en realidad amo a mi hijo, no voy a dejar que nada ni nadie ni yo misma le haga daño». Es el reconocimiento del amor lo que hace que Babadook pierda poder. Pero como toda Sombra, no desaparece, se queda sumergida en lo más profundo de nosotros, que es lo que representa el sótano en la casa. Y en ese lugar lo alimentamos con gusanos y tierra, que simbolizan la parte más despreciable de nosotros mismos. Probablemente el monstruo quede ahí siempre, controlado por el amor al hijo, su papel de madre protectora, y por la perdida del miedo atroz que sentía.

 

En la película aparecen muchos arquetipos, y por supuesto durante todo el film hay guiños que consolidan esta visión de la misma. No sé hasta qué punto la directora y guionista pretendía esto, pero le ha salido un una película espectacular desde un punto de vista junguiano.

Todo esto nos hace pensar en la Sombra de nuestro interior, en lo fuerte que puede llegar a ser si no sabemos tratar con ella. La Sombra está llena de esos fantasmas, monstruos, que rechazamos de nosotros mismos y no sabemos conducir con pericia. La aceptación de nosotros mismos, la importancia del amor verdadero, el equilibrio con todos nuestros aspectos interiores, hacen que se pueda vivir con total normalidad y que no aparezca en nuestro exterior esa bestia que todos llevamos dentro.

Invito a que la veáis desde este punto de vista. La segunda vez que la vi, al comprenderla, dormí bien.

3 Comentarios

  1. Desde el primer momento se entiende que no es un monstruo exterior, sino, interno. Se cae en confusión porque el niño también ve “monstruos” pero todo lo paranormal sucede con la madre, así que, es fácil suscitar que realmente es ella quien tiene problemas mentales.
    La lucha interna de cada uno con sus demonios/sombras/yos ocultos/llamalocomoquieras es algo que todos debemos hacer, hay un videojuego (persona 4) que también trata de eso; justo cuando el personaje ve o oye la acción o compotamiento del que quiere huir y esconderse y dice: “yo no soy eso”, BOUM sale el “true self”, como mas lo niegan peor se torna. Como en el film. Quizás por eso lo he detectado a la primera de cambio, por el recuerdo de ese videojuego.

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