La familia

La familia, ese árbol con raíces, con tronco, con ramas, con hojas, se pierde, se disgrega inexorablemente, de un modo lamentable. La familia no guarda los lazos suficientemente fuertes como para persistir en esta clase de mundo o sociedad. No es extraño ver padres, hijos, hermanos, tíos, primos, sobrinos, nietos, abuelos, separados por alguna causa o circunstancia, que la mayoría de las veces no tienen justificación razonable, simplemente es así, ocurre y hay poco más que añadir al drama familiar de la disgregación. Pienso que puede ocurrir por egoísmos, por orgullos, por ignorancia, pero pienso así mismo que esas razones existen en cualquier faceta de la sociedad, pero que otras cuestiones como el amor, la amistad, la responsabilidad, la bondad, están por encima en poder, y que al final la familia gana; pero no, no gana, pierde la batalla y la guerra de la familia por la individualidad.

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